El que llegó del mar
Nacido a orillas del Mediterráneo y con un nombre que simboliza el mar. Aunque ese mar sea el Adriático. Tras 27 años vividos a escasos kilómetros de las playas de Valencia decidió dejar de lado la humedad y el aroma a salitre y buscar nuevos retos en Madrid. Echa de menos cada día el mar, el rumor de las olas, la tranquilidad de los paseos invernales por la costa. Y también a la patria que tras más de un cuarto de siglo dejó en la ciudad del Túria en forma de familia y amigos.
Licenciado en Periodismo en 2007 por la Universitat de València, pronto dio sus primeros pasos en el mundillo en las redacciones de las agencias de información EFE y Europa Press. Allí, en la sección de deportes, seguía la actualidad del Valencia y del Levante, aunque él siempre estuviese atento de reojo a lo que se decía de otro equipo de zamarra azulgrana y espíritu mediterráneo. Herencia de su padre, confiesa.
Luego la crisis le golpeó de frente, como a tantos otros, y desencantado con la profesión se reinventó como comercial, dependiente e incluso funcionario interino de la administración pública. De algo había que vivir. En 2011, y confirmando que la cabra siempre tira al monte, volvió a la escena ejerciendo como periodista y social media manager en Soma Comunicación, una pequeña agencia de comunicación en la que uno se tenía que reinventar cada día para llegar a todo y hacerlo de la mejor forma posible. A la fuerza aprendió mucho. Y tuvo la oportunidad de trabajar en campañas de comunicación de grandes cuentas corporativas.
No lo habíamos comentado antes, pero desde octubre de 2013 tenía una nueva responsabilidad como papá de una preciosa bebé. En septiembre de 2014 decidió dejar su trabajo harto de unos horarios incompatibles con la vida familiar. Dos meses después y de la mano de su mujer se convertía en cofundador de Tacatá Comunicación. La sede está en Madrid, pero unos hilos invisibles siempre la conectarán con Valencia. Para él, que vino del mar.
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