La comunicación profesional es una de las grandes olvidadas de muchas empresas, especialmente de PYMES y emprendedores. Te damos cuatro motivos por los que no puedes dejar la comunicación de tu empresa en manos de cualquiera. ¡Allá vamos!
No juegues mal tu única carta de presentación: La comunicación actúa muchas veces como carta de presentación de cara a clientes y a la sociedad en general. Dejar esta carta en manos de personas no preparadas para ello puede resultar demoledor. Jugar mal y perder esa carta puede ocasionar daños para la imagen de marca que llevará mucho tiempo hacer olvidar (la hemeroteca siempre estará ahí para recordarlo).
Ponte en lugar del cliente: Piensa que tú eres el cliente de una determinada marca y que, por alguna razón, decides preguntarles algo o criticar algún tema en las redes sociales. ¿Qué esperarías de esa marca? Yo tengo claro que esperaría una respuesta rápida y que sacie todas mis dudas/quejas. Como vemos cada día en las redes sociales, dejar la comunicación de tu empresa en manos de alguien no preparado para esa tarea puede derivar en respuestas tardías y equivocadas que dañan la imagen exterior de la marca. ¿Quieres eso para tu empresa?
¿No vas a generar contenido en la era del contenido? El contenido de calidad es un valor cada vez más al alza en las políticas comunicativas de las empresas. Genera visibilidad y refuerza y construye la imagen de marca. ¿Lo vas a dejar en manos de cualquiera? A veces vale la pena invertir en aspectos como este. El beneficio que genera a largo plazo compensa con creces la inversión en contenidos para el blog y las redes sociales.
Y lo más importante, ¿dejarías a tu hijo en manos de cualquiera? Si tu respuesta a esta pregunta es un “No” (y debería serlo o de lo contrario nos empezaríamos a preocupar por el bienestar de tu retoño), tienes también la respuesta para la comunicación de tu marca. Tu empresa es otro hijo más, no lo olvides. Cuida en manos de quien dejas la comunicación de igual forma que cuidarías en qué manos dejas la educación de tu hijo. La comunicación es la herramienta más potente que tiene cualquier marca. Aprovéchala, sácale el máximo partido y, sobre todo, cuídala. Mímala. Igual que harías con tu hijo.