El mundo de los blogs se ha profesionalizado tanto en los últimos años que hoy en día es necesario hablar de blogger como de una profesión. Y además, de forma merecida. El blog se ha convertido en una ocupación habitual para muchas personas. También en una fuente de ingresos y, en algunos casos, en un modo de ganarse la vida.
De profesión, blogger
Hay webs importantísimas y muy influyentes hoy en día que comenzaron siendo un simple blog: ahí está El Huffington Post. Hay blogs que mantienen su apariencia de tales y que acabaron convertidos en sitios de referencia para una temática determinada: Microsiervos, Trece bits… Y hay blogs que siguen siendo blogs pero que han adquirido tal nivel de profesionalización y tal grado de influencia que permiten a sus creadores monetizarlos hasta el punto de poder vivir de ellos, hasta el extremo de poder poner en su perfil de Linkedin que son bloggers de profesión y que ésa es su fuente de ingresos.
Lo pudimos ver primero entre las bloggers de belleza y moda. Algunas de ellas han levantado verdaderos imperios desde su wordpress. Y luego la profesionalización se fue ampliando: gastronomía, tecnología, maternidad… En todos los sectores florecieron blogs con capacidad para monetizar, prescribir y hacer valer su influencia y su capacidad para convencer a los lectores, algo muy preciado entre las marcas.
Una profesión que se debe valorar como tal
En Tacatá Comunicación consideramos que ser blogger es una profesión y que, por tanto, se debe valorar como tal. Al fin y al cabo los bloggers dedican gran parte de su tiempo a esta actividad, ya sea escribiendo artículos, probando productos, contestando a comentarios y manteniendo activos sus canales sociales, donde también tienen que velar porque se mantenga activa la conversación.
Al final los bloggers, a través de sus respectivas bitácoras, son capaces de generar una comunidad, de tener unos lectores fijos que confían en ellos, aprenden de ellos y sienten que al leerlos les ayudan. Y entre esa comunidad los bloggers tienen una gran capacidad de prescripción y de influencia en las decisiones de compra, una reconocida facultad para crear tendencias.
Y eso se tiene que valorar. Esa capacidad y ese trabajo se tienen que hacer valer, igual que se haría con cualquier otra profesión. Y eso es algo que tienen que entender las marcas –afortunadamente cada vez es más así, damos fe de ello-; pero que también tienen que entender los propios bloggers, porque sólo si ellos se hacen respetar y dan valor a su profesión ésta será realmente vista como tal por los que deben ser sus clientes.
¿Dedicas tiempo habitualmente a tu blog? ¿Tienes una buena comunidad de seguidores? ¿Crees que tienes capacidad para prescribir a través de él? Si tu respuesta a estas preguntas es un sí, mentalízate: De profesión, eres blogger.