Leo Farache es el director de Gestionando Hijos, uno de los eventos de educación y maternidad/paternidad más relevantes en el panorama español. Charlamos con él sobre un proyecto que busca romper “las inercias” del hecho educativo, sobre el potencial que la educación, como servicio y valor añadido, tiene para las empresas, y sobre el Pacto por la Educación en Equipo que abandera junto a la Fundación SM.
Gestionando Hijos se ha convertido hoy en un evento marcado en rojo en el calendario por padres y madres preocupados por la educación de sus hijos. ¿Surgió el evento como respuesta a una demanda, quizás no manifestada directamente pero sí latente, de los padres?
Realmente Gestionando Hijos surgió por nuestra experiencia como padres. Vimos que había mucho material sobre educación y muchos expertos que decían cosas interesantes y consideramos que esa voz había que llevarla a un sitio donde pudieran compartirla a la vez que los padres estaban en un lugar en el que podían estar juntos e ilusionarse con la educación y adquirir conciencia educativa. Esa fue la idea que nos movió.
¿Qué objetivos os planteasteis cuando dabais forma al evento?
Queríamos crear algo grande para recoger buenas ideas que pudieran aplicarse en el hogar. Así empezamos a entrar en contacto con personas que creíamos que podían tener buenas ideas educativas para transformarlas en un evento en el que esas ideas pudieran ser comunicadas en un formato de ponencia asumible y contable. Una cosa que nos parecía muy importante era transformar el hecho educativo, que muchas veces está lleno de inercias. Uno tiene un hijo y sabe cómo hacer el hijo, pero luego le cuesta más saber educarlo y tener la ilusión y la conciencia para hacerlo.
No sé si esperabais el éxito que habéis alcanzado.
Cuando lo creamos pensamos que iría mucha gente, por eso alquilamos la sala 25 de Kinepolis para la primera edición. Si no hubiésemos tenido confianza habríamos alquilado un local más pequeño. Lo que nos ha sorprendido ha sido el eco en redes sociales y medios de comunicación. También hemos tenido suerte con algunos de los vídeos de ponentes. Y creo que nos ha ayudado mucho lo bien que lo ha acogido el mundo educativo.
Gestionando Hijos está destinado a los padres, pero también en cierto modo a las empresas. ¿Qué puede ofrecer la educación, como servicio-valor añadido, a las empresas?
Dos cosas fundamentalmente. Las grandes empresas quieren cuidar de sus empleados y pensamos que si éstas empresas lo hacen desde una perspectiva global tienen que tener en su agenda la idea de que muchos de sus empleados también son educadores y tienen problemas cotidianos que seguramente tienen poco tiempo para atender. Que la empresa participe de esa acción, es un planteamiento interesante. Luego está la visión de la responsabilidad de las empresas y el hecho de acercarse a sus consumidores y usuarios hablándoles de educación les ayuda a nivel de marketing y de responsabilidad social corporativa.
¿Crees que son conscientes las empresas del potencial que ofrece la educación a la imagen de marca y a la satisfacción de los empleados?
Algunas sí, otras están en el camino y otras quizás piensen que está alejado de sus prioridades, pero lo cierto es que cada vez más empresas piensan que hablarles a sus empleados en su papel de educadores es interesante.
Y hablando de educación, en Gestionando Hijos también estáis detrás del pacto por la educación en equipo, que digamos, tiene 11 mandamientos para padres y otros tantos para profesores, todos ellos con una idea común: el trabajo en equipo. ¿Puede funcionar la educación en España si no hay una colaboración entre padres y docentes?
Desde luego es mucho más complicado. El trabajo en equipo es una condición necesaria, que no suficiente, porque parece difícil que el alumno/hijo progrese en la escuela si padres, madres y profesores no trabajan en equipo. De hecho esta iniciativa surgió precisamente de ver que al escribir artículos en los que podría haber un punto de conflicto entre unos y otros, había padres y madres que atacaban al profesorado y profesores que respondían a esos ataques. Eso nos motivó a crear el pacto, porque pensamos que esa situación es una disfunción social.
¿Ha influido en esa falta de equipo que los padres y madres cada vez tengamos más información y casi nos hayamos creído “expertos” en educación?
Puede ser un factor. Algunos padres pueden pensar que el mero hecho de serlo les da la condición de educadores, y esto no es cierto. Y después hay otro fenómeno, la sobreprotección, el hecho de querer proteger a nuestros hijos de cualquier eventualidad. Y una de ellas puede ser el hecho de que un profesor les diga algo a sus hijos que ellos piensen que no es adecuado. Y hay otro factor importante, y es que la figura del profesor no recibe el prestigio social y emocional que es necesario para conseguir una buena educación. Siempre ponemos el ejemplo de Finlandia y allí el Gobierno se vanagloria del prestigio que tienen sus docentes a nivel social. Esto no ocurre en España.
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