Padres emprendedores
Gessamí Forner es mamá, bloguera en MadrePrimeriza.com, periodista y la fundadora de la Editorial Minis, un proyecto que piensa en los gustos reales de los más pequeños: libros pequeñitos, que quepan en sus manos y que lejos de ser absurdos tengan un mensaje. Así son estos cuentos que, además, son económicos. ¿Qué más podemos pedir? Hablamos con ella para conocer todos los detalles.
Pregunta obligada. ¿Cuando y cómo surge la idea de editar los Minis?
Una amiga berlinesa envió unos Pixies a mi hija Emma. Son unos libros pequeños y baratísimos que se editan en Alemania desde 1956, a su padre ya se los compraban cuando era niño. Cuando abrí el paquete y tuve los Pixies entre mis manos enseguida supe que quería dedicarme a esto.
¿Qué echas en falta de las editoriales de libros infantiles?
Tengo la sensación de que lo barato es repetitivo y aburrido, con tropecientas ediciones de Caperucita, y lo caro es interesante y precioso. Pero caro. ¿Cuántas veces al año puede comprar una familia con sueldos medios españoles un libro de doce o quince euros para sus hijos? En nuestro caso son unas pocas veces al año pero la niña necesita muchas más historias de las que alimentarse. Así que hay que tirar de biblioteca y de Minis.
Recientemente hemos podido disfrutar del proyecto de la bloguera Aguamarina “Mamamorfosis” en el que 200 madres cuentan cómo les ha transformado la maternidad. ¿En qué ha cambiado a Gessamí esta experiencia vital?
La maternidad es arrolladora, tanto física como emocionalmente, pero no es un monstruo que me haya devorado el corazón ni consumido el cerebro. Sigo siendo yo misma en una versión con menos tiempo y algo más de cansancio en el cuerpo. Lo que sí ha cambiado drásticamente es la forma que tengo de entender la maternidad. Antes no tenía ni idea de cómo era un bebé y un niño pequeño, cuáles podían ser sus deseos y necesidades; ahora sé que tampoco importa mucho conocerlos con antelación porque tu hija, que es una persona única y, por tanto, distinta a los hijos de los demás, te las irá expresando cada día a través de las herramientas de las que dispone a su alcance (el llanto, la expresión corporal, el lenguaje verbal, los juegos de rol, etc.) y que mi responsabilidad como madre es estar atenta para poder atenderlos. Cuando dejo de escuchar es cuando fallo como madre.
Por cierto, Mamamorfosis es genial y muy revelador. Es el libro que me hubiera gustado leer cuando nació Emma y poder participar en este proyecto tan bonito ha sido un honor. ¡Gracias Aguamarina!
¿Conciliar la vida familiar y laboral pasa por convertirse en padres emprendedores?
Ufff, probablemente. En las familias de nuestro alrededor que mejor funcionan, las madres tienen jornadas laborales continuas y trabajan 35 horas semanales mientras el padre es autónomo y amolda su horario a la vida familiar. Eso les permite organizarse adecuadamente y compartir o alternar las tardes con los niños. En nuestro caso falla el horario partido de mi marido: trabaja de 8 a 13 horas y de 14.30 a 17.15 horas. Entre la hora y media de la comida y los 40 minutos de coche de ida y los otros 40 de vuelta, hacen que el padre de Emma pase cada día como mínimo 10 horas y 20 minutos fuera de casa. Y, ojo, que durante dos años y medio hemos vivido cerca de su trabajo, a diez minutos, y eso tampoco nos ha funcionado. Nunca puede llevarla a la escuela y nunca puede recogerla. Si tuviera una jornada continua nos podríamos apañar mejor.
¿Cómo ha sido el camino hasta el momento? ¿Animarías a otros padres a convertirse en padres emprendedores?
Pues a pesar de esa jornada terrible, a mi marido le disuado constantemente… No es lo mismo estar tu sola o estar en pareja que tener prole. Debes alimentarla y vestirla y los emprendedores de “letras” no somos precisamente de fiar. Debería haberme hecho dentista o fontanera.
Pregunta obligada para mapás y pamás emprededores: ¿Las redes sociales han sido importantes en la comunicación de tu empresa?
La verdad es que no. Los Minis funcionan gracias al boca a boca y, sobre todo, el blog a blog. Tras presentarlos en la Feria del libro vasco y suspirar aliviada al ver que funcionaban, se los envié a un pequeño grupo blogueras a las que admiro y que viven en distintas regiones e incluso países y les pedí que me escribieran un email con críticas constructivas. ¿Se adaptarían los Minis a su día a día? ¿Qué dirían de ellos sus hijos? Me aportaron unas sugerencias fantásticas e incluso se animaron a escribir posts sobre los Minis y fue una locura total porque aún no tenía lista la tienda online y sus lectoras me hacían pedidos vía ¡email! Que hoy en día una persona que no te conoce te escriba un email para comprarte algo que debe pagar con una transferencia bancaria me parece un esfuerzo tan grande que sentí un profundo agradecimiento. Fue muy, muy bonito.
¿Qué herramientas de comunicación usáis para la Editorial Minis?
Tras abrir una cuenta en Instagram, me resultaba raro desdoblarme: ¿Ahora soy Madre primeriza? ¿Luego Editorial Minis? ¿Y cuándo soy yo? Los Minis no son Coca-Cola. Son un proyecto pequeño hecho desde el corazón. Mi tímido corazón… Aún no he encontrado el tono adecuado, ni el tiempo, ni sé cómo enfocar la comunicación en las redes sociales. Sigo viéndolas como un divertimento en vez de una herramienta de trabajo y, además, como seguidora lo que me gusta es precisamente eso: seguir a personas que no te venden su proyecto, sino que te lo cuentan mientras van explicándote su propia vida. ¿Ejemplos? Creo que Lucía Be es el mejor exponente. Seguirla es un placer. Creo que debo fijarme en ella y en otras personas/proyectos que me encantan con ojos periodísticos y aprender de ellos para lanzarme a la piscina sin miedo y sin manguitos. 2016 debería ser el año de las redes para los Minis. ¡Cumplirán un año! Quizá les regale una cuenta de Facebook 🙂
¿Por dónde pasa el futuro de los Minis?
Por ampliar el fondo de catálogo, por editar a más autores, por publicar a más ilustradores, por buscar nuevas vías de comercialización, por llegar más lejos.