Los campamentos de verano fomentan la autonomía de los niños y les hacen ganar en confianza y autoestima

Es “normal” que los niños puedan presentar algunos miedos y temores respecto al campamento. Les deben hacer sentir comprendidos y ayudarles a buscar soluciones a sus posibles miedos anticipando las posibles situaciones que puedan ocurrir. 

 

 

Se acerca el fin de un nuevo curso escolar y, con él, la necesidad de muchas familias de buscar alternativas para mantener activos y ocupados a sus hijos durante las largas vacaciones de verano, tres meses en los que muchos padres y madres se las ven y se las desean para compaginar trabajo y cuidado de hijos.

En ese contexto, los campamentos de verano se presentan como una interesante alternativa que, según Sonia Martínez, psicóloga y directora de los Centros Crece Bien de Madrid, pioneros en la enseñanza y el desarrollo de Habilidades Emocionales, Sociales y de Aprendizaje, fomenta la autonomía de los niños a la vez que les hace ganar confianza y autoestima. Además, según la experta, los campamentos adquieren más importancia que nunca en un año como el actual, marcado por la pandemia, los grupos burbuja y la dificultad para entablar nuevas relaciones.

Los campamentos adquieren más importancia que nunca en un año como el actual, marcado por la pandemia, los grupos burbuja y la dificultad para entablar nuevas relaciones.

“Los niños se merecen tener actividades que les hagan romper un poco con la situación que hemos vivido. Los campamentos son una buena oportunidad para que los niños salgan de su zona de confort, para que aprendan a hacer nuevos amigos y para que desarrollen nuevas actividades que les resulten atractivas y que, ya sea por falta de tiempo o de oportunidades, no han podido hacer durante el periodo lectivo. Asistir a un campamento puede ser una actividad perfecta para desarrollar la autonomía, la confianza y la seguridad en uno mismo”, argumenta Martínez.

 

CONSEJOS PARA VENCER A LOS MIEDOS

 

Para la directora de los Centros Crece Bien, si unos padres deciden que su pequeño está suficientemente preparado para asistir a una de estas actividades veraniegas, es importante que le ayuden a “entrenar” el campamento, lo que le “ayudará a sentirse confiado y preparado” para la experiencia y a encontrar soluciones a las diferentes situaciones que se le presentarán durante la misma. “Podemos hacerlo a través de preguntas del tipo: “¿Y si en el campamento hay una comida que no te gusta?” “¿Y si unos niños te dicen que hagas una travesura?”. O bien simulando situaciones del tipo: “Tienes que presentarte a los demás amigos, ¿cómo lo harías?”. Este tipo de simulaciones pueden ayudar a convertir el campamento en una experiencia muy enriquecedora”, explica.

Martinez añade al respecto que es “normal” que los niños puedan presentar algunos miedos y temores respecto al campamento, ya que éste supone normalmente salir de su zona de confort. En ese sentido, la psicóloga recomienda a las familias crear un espacio en el que los niños puedan expresarse y contar sus preocupaciones, hacerles sentir comprendidos, ayudarles a buscar soluciones a sus posibles miedos anticipando las posibles situaciones que puedan ocurrir, y recordarles situaciones en las que ya han sido capaces de enfrentarse a sus miedos, como por ejemplo el primer día de colegio.

Aun con toda esta prevención, no es de extrañar que algunos niños se queden llorando los primeros días de campamento al despedirse de sus padres. Al respecto, Sonia Martínez aconseja a padres y madres normalizar la situación, mostrar empatía y transmitir seguridad. “La separación esos días debe ser lo más rápida posible, ya que alargar la despedida sólo hará que aumente la angustia. Por ello, es fundamental mostrar calma y seguridad, ya que los niños aprenden observando y, si nosotros nos mostramos inseguros, es normal que ellos sientan desconfianza. Por último y más importante, entendámosles: es normal que se sientan tristes ya que se están enfrentando a una situación desconocida y nos van a echar de menos”, afirma.

Es normal que se sientan tristes ya que se están enfrentando a una situación desconocida y nos van a echar de menos.

Por último, ante las reticencias que puedan mostrar algunos niños y niñas a la hora de ir a un campamento, la experta en educación emocional recuerda la importancia de saber qué le corresponde elegir al niño y qué no: “Ir a un campamento o no, no es algo que el niño tenga que decidir aún. Sin embargo, sí es importante tener en cuenta su opinión y su interés para elegir a qué tipo de campamento ir”.

La psicóloga recomienda al respecto dar la oportunidad al niño de elegir entre dos o tres campamentos, o entre las actividades a desarrollar, o incluso la posibilidad, si los padres pueden asumirla, de salir antes o después. “Así les haremos participes y responsables. Si nosotros estamos convencidos de que nuestro hijo tiene que ir a un campamento, lo único que podemos hacer es aceptar que el niño tenga miedo o que se sienta enfadado, dejarle expresar lo que siente y animarle a superarlo”, concluye.

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