Ikea y McCann o la fusión publicitaria perfecta

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La Navidad ya está a la vuelta de la esquina y, como no podía ser de otra forma, las marcas y sus agencias de publicidad intentan embelesar a los consumidores con campañas publicitarias que buscan llegar a lo más profundo de los espectadores gracias a mensajes con un gran alcance emocional. Estas fechas, queramos o no, nos ponen tiernos a todos. Y de eso se aprovechan las grandes compañías que, de la mano de Internet, viralizan hasta el infinito sus creaciones publicitarias entre el fervor de los usuarios.

Son unas cuantas las que nos han gustado, pero en Tacatá Comunicación nos quedamos por este año, sin lugar a dudas, con la campaña de McCann para Ikea. Y lo hacemos por dos motivos fundamentales: Por un lado, porque consigue el objetivo de toda campaña navideña que se precie: Ganarse el favor de la audiencia y conseguir mucha viralidad y engagement en redes sociales. Por otro, porque se aproxima a un tema que en Tacatá es fundamental: La conciliación. Y junto a ella, la importancia de las pequeñas cosas.

La primera parte de la campaña, «La otra Navidad», iniciada en televisión a principios de diciembre, ya nos fascinó. Ese niño con un molde para hacer galletas que, ante el asombro de dos mujeres porque ese fuese su único regalo navideño, las mira con cara de ironía y condescendencia mientras recuerda todo lo que ha dado de sí el utensilio de cocina. Un mensaje potente y directo al corazón.

Pero la segunda, «La otra carta», viralizada a través de internet, ya nos ha dejado sin palabras. Esas mamis y papis viendo como sus hijos piden los regalos típicos de reyes y que, de repente, ven como en otra carta alternativa los peques les piden cosas directamente a ellos: Más tiempo, más juego en familia, más actividades juntos… ¿Con cuál de las dos cartas os quedáis?, les preguntan. A los niños les surgen dudas, por supuesto, pero al final se acaban decantando por la de sus padres. Imposible no emocionarse viendo el spot de McCann para Ikea. Ambos, estas Navidades, han conseguido la publicidad perfecta.

Y no olvidéis el eslogan: «La Navidad nos desamuebla la cabeza. Nada como el hogar para volvérnosla a amueblar».

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