Como sabéis, en Tacatá Comunicación nacimos con la conciliación como seña de identidad y rasgo diferenciador. Creemos en el teletrabajo y en los horarios laborales compatibles con la vida familiar. Y no creemos, por supuesto, en las jornadas laborales que se alargan hasta la extenuación por el simple hecho de estar más tiempo en la oficina. Así que os podemos decir desde ya que nuestro sueño es tener algún día (en un futuro cercano a poder ser) una redacción que se parezca mucho a ésta que hemos descubierto hoy. Un invento que nos ha dejado alucinados y que nos llega desde Amsterdam, concretamente desde el estudio de diseño Heldergroen.
¡Una oficina que desaparece (sí, desaparece) a las seis de la tarde! ¿Y para qué? Pues para que sus empleados no se queden ni un minuto más de los necesarios en la redacción. Llegada la hora, el mecanismo se pone en marcha y la mesa, con todo lo que hay en ella, vuela hacia las alturas dejando a los trabajadores compuestos y sin ordenador. ¡Y cuidado con dejarse la cartera o el tupper de la cena encima, porque hasta el día siguiente no podrás recuperarlos!
El resto del mobiliario (sillas y soportes de la mesa) son retirados por los empleados, de forma que la oficina se convierte en un espacio diáfano en el que durante la tardes y los fines de semana, los empleados pueden realizar actividades como yoga, pilates, baile, sesiones de networking… Y al día siguiente, al iniciar la jornada, todo sigue tal y como lo dejaste la tarde anterior, dispuesto para que los empleados sigan por donde lo habían dejado.
¿Qué os parece la iniciativa? ¿Os ha fascinado tanto como a nosotros? Estamos seguros de que los empleados de esta agencia son la envidia de medio mundo.
