Las Redes Sociales se han convertido en una herramienta poderosa. Y no sólo son importantes para marcas o empresas, que las utilizan como escaparate o como un eficaz canal de atención al cliente, sino también para ciudadanos, asociaciones o causas que ven en esta forma de comunicación un canal indispensable para hacerse oír. La prueba la encontramos en los medios de comunicación que, de forma habitual, hacen referencia a cómo los usuarios convocan marchas, manifestaciones o cualquier otro tipo de acción a través de las Redes Sociales para condenar o mostrar su indignación ante un hecho que consideran injusto. Usan las Redes Sociales para protestar.
Y es que, en plena era digital no podemos pasar por alto que el uso de las Redes Sociales aumenta cada año a nivel mundial de manera significativa, un dato que va unido irremediablemente a la posibilidad de acceso a Internet. Según un estudio del ITU (Unión Internacional de Telecomunicaciones) el acceso a Internet engloba ya al 44% de los hogares a nivel mundial. Por tanto, esta nueva forma de expresar quejas y protestas llega cada vez a más personas a lo largo y ancho del planeta. Por poner un ejemplo. Recientemente leíamos en diversos medios que usuarios de las Redes Sociales convocaban una marcha para protestar contra la muerte de Nisman. Como ésta, multitud de manifestaciones surgen de forma espontánea de manera habitual y une a personas con los mismos objetivos, causas o luchas. Hoy más que nunca podemos decir que en las Redes Sociales «la unión hace la fuerza». En este sentido, no podemos olvidar la importancia de plataformas como Change.org (la mayor plataforma de peticiones del mundo) o Critizen (de reciente creación, intenta ser una especie de hoja de reclamaciones virtual) que intentan cambiar situaciones injustas, servir de desahogo o solucionar errores. Son un potente altavoz para los ciudadanos.
Pero, ¿pueden influir este tipo de actuaciones en las decisiones políticas o en el funcionamiento de las empresas? En cuanto a la política, parece que, pese al uso creciente de las Redes Sociales para protestar, son muchos los políticos que, lejos de ver en este tipo de acciones una nueva vía de comunicación con la gente, las consideran una amenaza; incluso intentan cortar sus alas con medidas como la llamada «Ley Mordaza«. Siguen con atención las críticas de forma que sus discursos políticos tengan una mayor aceptación. ¡Incluso habilitan cuentas de WhatsApp para «comunicarse» con los ciudadanos! Sin embargo, aún les queda mucho por hacer en este sentido: la democratización de la comunicación les queda grande. Y les preocupa. Si hablamos de empresas, su respuesta a esta nueva forma de transmitir las quejas de los usuarios en Redes Sociales y plataformas de peticiones o críticas, es algo distinta. En este caso encontramos diferentes tipos de respuestas, desde aquellas que utilizan activamente las Redes Sociales como canal de escucha para mejorar hasta aquellas otras que sólo las usan como su propio altavoz, a modo de autobombo, sin hacer caso a ninguna crítica externa. Incluso, son muchas las que aún no saben como afrontar una crisis de reputación online. Aún queda mucho por hacer, por aprender, mientras tanto las Redes Sociales siguen siendo un estupendo canal para hacernos oír.
¿Y vosotros? ¿Utilizáis las Redes Sociales para protestar?